Descubrí una roca en el mar
allá lejos... muy lejos,
donde el embate de las olas
te hace sentir pequeño.
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Allí mi mirada se pierde
en esa raya lejana,
donde es imposible distinguir
entre el cielo... o el agua.
Allí mi mirada se pierde
en esa raya lejana,
donde es imposible distinguir
entre el cielo... o el agua.
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Dejo mi pelo al aire,
que como amante acaricia
y gozo de sus susurros,
que me llegan en suave brisa.
que como amante acaricia
y gozo de sus susurros,
que me llegan en suave brisa.
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Después libero mis lagrimas
y entrego mis suspiros al viento,
luego bajito... muy, muy bajito,
le confieso mis secretos.
y entrego mis suspiros al viento,
luego bajito... muy, muy bajito,
le confieso mis secretos.
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Cuánto sabe de mi corazón roto!
cuánto sabe de mi amargura!
de soledades y tristezas
y como una buena amiga
sólo calla ... y escucha
cuánto sabe de mi amargura!
de soledades y tristezas
y como una buena amiga
sólo calla ... y escucha
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***
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-Todos los derechos reservados por D. Sans - 2009, prohibida la venta y reproducción de esta propiedad intelectual-
Mi hermosa amiga Libra.
ResponderEliminarEste, como todos tus poemas, conmueven a quienes lo leen.
Como tu amigo, que tanto te quiere, como desearía que esa melancolía y nostalgía se transformaran en esperanzadora ilusión.
Besos a través de los hilos intangibles