Acariciándote el alma

[17:49:14] Radio Piano Bar:

jueves, 18 de junio de 2009

"Marioneta de trapo"

Hoy tengo un escrito precioso que hizo Gabriel García Már-
quez a sus amigos... Le detectaron un cáncer linfático y es
una especie de despedida... Espero os guste.


Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta
de trapo, y me regalara un trozo de mi vida, posiblemente no
diría todo lo que pienso, pero, en definitiva, pensaría todo lo
que digo. Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por
lo que significan.

Dormiría poco y soñaría más, entiendo que por cada minuto
que cerramos los ojos perdemos sesenta segundos de luz.
Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando
los demás se duermen, escucharía mientras los demás hablan,
y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate...

Si Dios me obsequiara con un trozo de vida, vestiría sencillo,
me tiraría de bruces al sol, dejando al descubierto no solamente
mi cuerpo, sino mi alma.

Dios mío, si yo tuviera un corazón... Escribiría mi odio sobre el
hielo, y esperaría a que saliera el sol.

Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema
de Benedetti, y una canción de Serrat, sería la serenata que le
ofrecería a la luna.

Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus
espinas, y el encarnado beso de sus pétalos...

Dios mío si yo tuviera un trozo de mi vida... No dejaría pasar un
solo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero.
Convencería a cada mujer de que ella es mi favorita y viviría ena-
morado del amor.

A los hombre, les probaría cuán equivocados están al pensar
que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que
envejecen cuando dejan de enamorarse.

A un niño le daría alas, pero dejaría que él solo aprendiese
a volar. A los viejos, a mis viejos, les enseñaría que la muerte
no llega con la vejez sino con el olvido.

Tantas cosas he aprendido de ustedes los hombres... He apren-
dido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña
sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir
la escarpada.

He aprendido que un hombre únicamente tiene derecho a mirar
a otro hombre hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.

Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero
finalmente mucho no habrán de servir porque cuando me guarden
dentro de esta maleta, infelizmente me estaré muriendo...

-Gabriel García Márquez-

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